Las redes comunitarias ante el COVID-19 en Latinoamérica

Instalación de nodo en la red Portal sem Porteiras / Foto: Karla Velasco

Por REDES A.C. en colaboración con APC

Han pasado más de dos meses desde que la pandemia del COVID-19 puso en pausa al mundo y reveló, entre otras cosas, la profundidad de las desigualdades sociales que nos cruzan. Las afectaciones derivadas de la propagación del virus y las medidas establecidas para su contención y mitigación han sido especialmente duras para los sectores de la población que cuentan con un limitado acceso a la educación, el empleo formal, la salud y al uso de las Tecnologías de información y comunicación (TIC), especialmente de internet. 

La brecha digital se ha vuelto aún más patente ante la exigencia del confinamiento y la transformación de tareas y actividades presenciales en virtuales. La falta de infraestructura y dificultades en el acceso a dispositivos y conectividad a internet han demostrado la importancia de las redes comunitarias, no sólo para poder acceder a los contenidos de la red global, sino para la creación e intercambio de contenidos propios e información pertinente que responda a las necesidades de cada contexto. 

Las redes comunitarias en Latinoamérica son un ejemplo de lo vital que resulta generar procesos colectivos de formación, organización y creación encaminados hacia la autonomía tecnológica para responder de manera eficaz a situaciones de crisis como la que enfrentamos hoy en día. Derivado de un diálogo realizado el 30 de abril organizado por la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones compartiremos aquí algunas estrategias y acciones que experiencias de redes comunitarias en Argentina, Brasil, Colombia, México y Nicaragua, han generado, así como los retos y dificultades que encuentran en ese caminar.

En la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, la organización Atalaya Sur compartió que entre los barrios populares donde se ha desarrollado la Red Comunitaria Atalaya Sur Villa 20 se han formado comités de crisis para solucionar problemas económicos, alimenticios o de salud que van surgiendo. Al no contar con Internet en sus hogares, muchas personas no tienen la posibilidad de quedarse en casa, por lo que Atalaya Sur ha habilitado contenidos educativos relevantes para las y los vecinos de los barrios. Dichos contenidos son los distribuidos desde el Ministerio de Educación de la Nación, y están evaluando alojarlos localmente en la red en poco tiempo. En cuanto a la red que administran, el consumo subió 50% de un día para el otro y, al tener un ancho de banda restringido, se ha visto perjudicada la conectividad de las familias en una primera etapa. En una segunda etapa se logró estabilizar el ancho de banda que llega a cada uno de los vecinos, pero ésto debe ser monitoreado constantemente debido a que cada vez más vecinos se suman a la red.

Integrantes de la Mesa de Comunicación Popular de Salta y Jujuy comentaron que, en las regiones de Salta y Jujuy, al norte del país, la situación de emergencia ha evidenciado aún más la brecha existente entre las zonas urbanas y rurales y entre las capitales y las ciudades más pequeñas. En estos territorios hay muchas comunidades que no cuentan con ningún tipo de acceso a internet o a telefonía celular y los niños y niñas no pueden tomar las clases en línea. Quienes logran tener algún tipo de señal precaria, cuentan solamente con un solo dispositivo para conectarse, en su mayoría, celulares con poca capacidad para tomar clases. Si bien Argentina tiene un escenario nacional de cambio, la crisis expone las desigualdades en el acceso a la tecnología, ya que ni los datos ni los celulares alcanzan para satisfacer las necesidades de las personas en estas regiones.

AlterMundi, organización ubicada en la provincia de Córdoba y quien ayuda a administrar una red que conecta a seis pueblos, compartió que uno de los equipos que sostiene la red se dañó el mes de marzo. Es por esto que su ancho de banda se ha reducido drásticamente y la red está constantemente saturada. Con la idea de aumentar la capacidad de la red, contactaron a EPEC, empresa de electricidad e internet de la provincia, para poder conectarse a su fibra óptica que llega hasta los pueblos. Han propuesto como estrategia para acelerar y simplificar la solución, que el costo de esa conexión se descuente del pago que realiza EPEC al Fondo de Servicio Universal. Si bien el gobierno ha mostrado apertura en cuanto a esta alternativa, todavía no existe una propuesta o aprobación para que esto pueda llevarse a cabo. 

De igual manera, para contribuir a que se realicen las clases en línea de las escuelas ubicadas en los pueblos, la red decidió abrir sus nodos en horarios específicos para que las y los alumnos puedan acceder a descargar los contenidos educativos que necesitan. Igualmente, como en el caso de Atalaya Sur, se ha explorado la posibilidad de implementar un servicio local para que las y los alumnos no necesiten conectarse a internet y puedan descargar contenido desde un servidor.

En Brasil la situación se ha vuelto muy delicada, sobre todo en las zonas urbanas, ya que las medidas han sido insuficientes para detener la propagación del virus, convirtiéndolo en el país con más casos confirmados y muertes de COVID-19 de la región. En el caso de las zonas rurales, la educación en casa se ha visto muy limitada, ya que solamente el 46% de los hogares rurales cuentan con acceso a internet. A nivel ciudad, la organización CooLab ha creado la campaña #liberaowifi para capacitar a las personas para abrir sus redes WiFi de manera segura y que más personas que lo necesiten puedan conectarse a ellas.

La red comunitaria Portal sem Porteiras ubicada en Monteiro Lobato, cerca de São Paulo, ha creado una radio en línea para transmitir dentro de la red en donde se atienden dudas y se desmienten fake news. No obstante, la red no abarca toda la comunidad, por lo que una de sus necesidades es expandirse para alcanzar a toda la población. De igual manera, la red se ve amenazada por problemas legales con su proveedor de internet, quien canceló la conexión por dos semanas, ya que en Brasil las redes comunitarias no se encuentran reconocidas dentro del marco regulatorio y se ha vuelto difícil el explicar el porqué se está compartiendo Internet de manera gratuita y colectiva dentro de la comunidad.

En Marrecas, comunidad del municipio de Campos dos Goytacazes, estado de Río de Janeiro, además de contar con una red comunitaria también se está ideando una radio comunitaria como estrategia de comunicación efectiva. Económicamente, la comunidad está siendo impactada negativamente, ya que se redujo el transporte entre regiones, limitando su actividad económica. Es por esto que, desde el movimiento de economía solidaria, una de las propuestas se ha centrado en la elaboración y venta de  máscaras con costureras de la ciudad de Campo dos Goytacazes. La venta se planea reforzar con nuevos servidores que incluyan servicios digitales como WordPress y una plataforma e-commerce. Además, el Instituto Bem Estar ha estado pensando en alternativas para crear redes comunitarias a distancia. Una opción sería enviar los equipos preconfigurados y tutoriales para instalar las redes sin que sea necesaria la presencia física de capacitadores.

Por otro lado, en Colombia, la organización Colnodo compartió que para las redes comunitarias existentes ha sido valioso poder contar con la infraestructura y la organización comunitaria que tienen para afrontar la crisis. La situación definitivamente ha demostrado lo importantes y necesarias que son las redes comunitarias. No obstante, tormentas eléctricas han generado daños a algunos equipos y ha sido difícil arreglarlos o reemplazarlos por las cuarentenas establecidas por el gobierno y las restricciones a la movilidad que las propias comunidades han implementado para la contención del virus. Gracias a las capacitaciones que se dieron en años pasados, las comunidades han sido capaces de avanzar en las reparaciones y mantenimientos para que las redes sigan funcionando y prestando servicio. Asimismo, hay un gran interés por parte de muchas comunidades para instalar redes en sus territorios, por lo que han llegado numerosas solicitudes a Colnodo y otras organizaciones, a las cuales ha sido difícil responder y dar seguimiento, por lo que se ha requerido plantear estrategias para apoyar y atender estas solicitudes.

Adicionalmente, Ulises Hernández Pino, Director Académico de la Corporación ApropiACYT y Coordinador del Grupo de Trabajo en Redes Comunitarias de ISOC Colombia, quien trabaja en el despliegue de redes locales y la co-creación de contenidos abiertos en el sector educativo, mencionó la importancia de utilizar herramientas de código abierto y software libre para cubrir las necesidades de las comunidades, así como asegurar la protección de las y los usuarios y sus datos. Las grandes empresas como Google, Facebook, Microsoft, entre otras, han aprovechado este momento para promover sus servicios gratuitos, y tanto maestros y alumnos han aceptado los términos de servicio sin mirar sus implicaciones. Por ello es necesario el empoderamiento tecnológico y pedagógico de las comunidades, a través de la implementación, soporte y ampliación de la infraestructura de red y de contenidos propios, que además responda a los retos de la actual coyuntura. Por ejemplo, desde que inició la cuarentena en Colombia, las visitas a los servidores de colegios de 1.500 estudiantes, han pasado de 200 a 2.000 visitantes diarios en promedio, con instantes en los que se han tenido más de 350 usuarios concurrentes, lo que ha provocado la saturación de la infraestructura.

El caso de México no es muy diferente a los anteriores, ya que también se registra un desconocimiento de las características del Covid-19 y las medidas oficiales que se están tomando, alimentado por una gran cantidad de noticias falsas. La crisis social y económica que se está gestando en el país, sobretodo por el alto porcentaje de comercio informal, implica graves consecuencias para la población.

Es por esto que la Unión de Cooperativas Tosepan, la cual tiene sede en el municipio de Cuetzalan, Puebla, lanzó la Iniciativa Tayolchikawalis que busca generar “acciones para tener el corazón fuerte” como una forma de responder a la pandemia a nivel salud, pero también de manera social y económica. La campaña de comunicación asertiva transmite la importancia de la revitalización del campo a través de la siembra y el fortalecimiento de acciones de salud comunitaria. Desde la Radio Tosepan Limakxtum, se han creado cápsulas y programas especiales para informar a la población en lengua náhuatl. Recientemente se lanzó la página de Internet tayolchikawalis.org para ofrecer a las comunidades contenido veraz y pertinente para las comunidades de la región.

Por otro lado, en Oaxaca, los colectivos CEPOS Media Lab y Herramientas Para el Buen Vivir se encuentran acompañando procesos educativos, ya que las y los maestros se quedaron sin plataformas para ejercer y la educación a distancia se encuentra muy limitada en las comunidades rurales e indígenas. Ambos colectivos están haciendo una plataforma que se basa en una alternativa educativa para las y los profesores, además de trabajar conjuntamente en un Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO) digital.

Asimismo, Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias AC, organización conformada por comunidades indígenas que cuentan con redes celulares 2G, estableció un protocolo para continuar con sus actividades de apoyo en la instalación y mantenimiento, habilitó como números gratuitos aquellos de las entidades de salud pública. Actualmente, se encuentra gestionando ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) una concesión adicional de espectro para un enlace que permita migrar este a una banda licenciada, pues hay problemas de interferencia en las bandas de uso libre que provocan pérdida de capacidad de las redes y, por consiguiente, la saturación debido a que su uso ha aumentado a raíz de la cuarentena.  

Finalmente, la Cooperativa María Luisa Ortiz de Nicaragua compartió cómo la radio y sus redes sociales han sido sus principales herramientas para compartir información confiable y veraz. Las repercusiones de la crisis política de los años pasados aún permea y eso también ha afectado la respuesta de las personas a la contingencia sanitaria.

El papel de las mujeres dentro de las redes

En la conversación se hizo hincapié en cómo el aislamiento ha incrementado y exacerbado los casos de violencia doméstica. Asimismo, la sobrecarga que viven las mujeres en lo laboral, maternal y educativo es una carga muy difícil de sobrellevar. El desempleo y la carga económica generan estrés y angustia que en muchas ocasiones se vuelven catalizadores de situaciones de violencia. Como respuesta, estas son algunas de las iniciativas que se han dado por parte de las redes comunitarias.

En Brasil, en la red Portal sem Porteiras, las mujeres están comunicándose y relacionándose a través de podcasts. En Marrecas, las mujeres se han organizado para el proyecto de producción y comercialización de máscaras. En Vale do Ribeira, agricultoras de comunidades originarias lograron mantener sus ingresos y ventas de su producción agroecológica gracias a la auto-organización facilitada por la red comunitaria, así como las relaciones con sus redes feministas, ya que el ayuntamiento canceló el transporte que subsidiaba sus producciones. Colectivas como MariaLab han creado materiales de autocuidado y denuncia de violencia doméstica.

Las redes de contención han sido vitales. En Argentina, redes de mujeres artesanas se han unido y organizado para pensar de qué manera podrían venderse productos en línea. Claro que no es fácil, muchas de las redes de contención se enfrentan a sociedades machistas que limitan su desarrollo. En Salta, existen redes de trueque entre mujeres donde se han intercambiado alimentos, ropa, entre otros, lo cual ha sido muy beneficioso. Asimismo, entre algunas mujeres se han organizado fondos rotatorios para poder ayudar, mes por mes, a las que más lo necesitan.

Al acercarnos a estas experiencias vemos que las redes comunitarias no son un medio más de conectividad, sino que han demostrado ser un espacio de autocuidado para sanar, compartir, descargar y sentir. La posibilidad de compartir cómo nos sentimos día con día o crear dinámicas virtuales colectivas de contención, ha sido muy importante para la salud no sólo de las mujeres sino de la comunidad entera.



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