Por Sylvie Niombo DURBAN, Sudáfrica,
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La violencia contra las mujeres fue el tema del último taller sobre relatos digitales que organizó APC-Mujeres-África y Women’sNet en Durban, Sudáfrica, del 22 al 29 de agosto de 2007. APC-Mujeres-África es la red regional africana del Programa de apoyo a las redes de mujeres de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (PARM de APC). El PARM es una red mundial de mujeres que apoya el trabajo en red de las mujeres para el cambio social y el empoderamiento de la mujer mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
Se reunieron 17 mujeres de toda África durante una semana para desarrollar sus aptitudes en el uso de la tecnología para narrar historias digitales. El objetivo final era luchar contra la violencia doméstica y sexual que sufren las mujeres del continente. «Nos parece que somos diferentes, que hablamos diferentes lenguas, que vivimos vidas diferentes; pero somos todas iguales. Tenemos la misma experiencia de ser mujeres que enfrentamos la violencia », declaró una participante.
Los objetivos del taller eran mostrar el potencial de las narraciones digitales para el cambio social, crear contenidos de y para mujeres, y desarrollar una capacitación en TIC para las participantes.
Complejidad y confusión entre costumbres y leyes : ¿las TIC aportan algún tipo de claridad ?
La costumbre está muy arraigada en nuestra vida; la mirada social no es favorable a la mujer africana. En muchas comunidades la mujer está obligada a callarse y no reivindicar sus derechos. A menudo no tiene derecho a hablar y no tiene permiso para expresarse delante de los hombres.
La mujer africana víctima de violencia se ve reducida al silencio o al secreto en la mayoría de los casos, y esta situación es impuesta por la sociedad. No tiene otras alternativas y, si comete alguna falta, en algunos países como Congo la ley es más represiva que con los hombres. En Mali y en Gambia la familia tiene una enorme influencia sobre la mujer, que casi nunca tiene libertad de elección.
¿Pero cómo pueden influir exactamente las TIC en esta lucha contra la violencia hacia las mujeres africanas? Durante cinco días las participantes de WENT compartieron por primera vez sus historias y descubrieron todo lo que tenían en común: el dolor, el miedo, las preocupaciones, las lágrimas y, sobre todo, la valentía de sobrevivir a la violencia. En efecto, como dijo una participante, «la tecnología es una herramienta, algo que usa con una finalidad. Siempre se trata de personas, de la relación con los demás, de historias compartidas. Las personas siempre son centrales a la tecnología ».
No alcanza con utilizar un computador para hacer una narración digita: es, un proceso que lleva al empoderamiento
Las capacitadoras les enseñaron trucos de narración de historias llevando a las participantes a recuperar momentos claves de su vida mediante un guión. « Quiero decir que fue un privilegio encontrarse con mujeres de tanta inteligencia, mujeres dispuestas a abrirse y expresar sus miedos », dijo una de las participantes del taller. Se hicieron registros en video de los guiones, con las voces de cada una y a su propio ritmo.
Como el proceso de realización de los relatos digitales fue tan creativo, las mujeres del taller le pusieron palabras a imágenes fuertes gracias a programas como Adobe Photoshop y Premiere. « Siempre me pareció que Adobe Photoshop era ‘chino’ y por eso ni me molesté en tocarlo siquiera. Pero ustedes lo mostraron como algo muy fácil. Estoy orgullosa de mí misma. Estoy bien pertrechada», declaró una participante.
Trabajaron duramente en los computadores para lograr historias digitales poderosas en la gran diversidad de temas tratados y que evocaran los desafíos que enfrentan las mujeres. Las participantes elaboraron filmaciones breves que cuentan sus experiencias. Algunas declararon : «concentración y disciplina, ese es un principio que aprendí y me parece que funciona mejor así».
Al tener prohibido expresarse, la mujer africana no tiene casi opciones. Hoy la tecnología le da ese poder
Es evidente que hay que contar ciertas historias para fomentar el cambio y que, además, pueden curar heridas. Durante el taller, algunas participantes dijeron que «desapareció la pesadumbre, y queda cierta ligereza por el hecho de no tener que volver a guardar silencio nunca más ».
Lo “digital” de la realización de estas narraciones se refiere a los medios utilizados para trasmitir las historias. Los relatos digitales son, simplemente, historias que se producen y se difunden utilizando este tipo de medios.
Los relatos digitales tienen sin duda un poder de cambio. Constituyen poderosas herramientas de incidencia y aportan una nueva dimensión a la lucha contra la violencia que se ejerce contra la mujer. Estas historias hablan de la desigualdad de las mujeres, de las ilusiones y el compromiso de las que han decidido romper tabúes para alentar a las mujeres a «optar». Con un relato digital las mujeres pueden reclamar sus derechos. La fuerza y el poder de las imágenes y las palabras se utilizan de manera creativa para contribuir en la defensa de los derechos de la mujer.
Durante el taller las mujeres se expresaron con libertad en el blog. Para algunas, fue la primera vez. « …bloguear es divertido y me interesa más que mandar mensajes electrónicos. Es un espacio abierto… un espacio libre y más inclusivo», comentó una de las participantes.
Las «obreras» del cambio suelen quedar olvidadas
Gracias a los relatos digitales se puede conseguir información y construir a partir de las experiencias propias o ajenas, para dar el paso siguiente. Muchas jóvenes y adultas han perdido la vida y las participantes de WENT las recordaron observando un minuto de silencio con velas encendidas. El momento fue fuerte y le permitió a varias darse cuenta de la gran cantidad de hermanas cuya vida se corta a causa de la violencia.
Los relatos digitales destacan las acciones y el activismo de las mujeres ya que, aunque muchas veces estén en la base de los principales cambios de sus comunidades, muy pocas reciben reconocimiento. «Esa fue mi experiencia durante el taller de relatos digitales. Me saqué la rabia y quedé plena por mucho tiempo (gracias a la narración de mi propia historia y a haber encontrado un espacio seguro). El hecho es que logré algo tangible, y gané aptitudes y conocimientos que nadie me puede robar…»
