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Los y las participantes de la última fase de la CMSI no pudieron dejar de advertir la presencia prolífica de representantes de Túnez. Desde los plenarios de la sociedad civil, hasta las reuniones informales y las sesiones de gobierno, los y las representantes tunecinos se hicieron escuchar en los preparativos para la cumbre de noviembre. Pero, ¿acaso un país cuyo gobierno censura a los y las periodistas, vigila el acceso a la red y manda a prisión a los usuarios y usuarias de internet, puede ser un buen anfitrión para la Cumbre Mundial de la ONU sobre la sociedad de la información? Maud Hand busca respuestas para una de las preguntas más candentes del Prepcom 2, para APCNoticias.


El Swiss Press Centre (Centro Suizo de Prensa) se llenó cuando aparecieron periodistas de todos los medios a reservar su lugar para la conferencia de prensa de Amnistía Internacional, CMSI en Túnez: una conferencia sobre la información en condiciones de represión, que tuvo lugar el 16 de febrero. Esa fue una de las dos conferencias de prensa que hubo durante el Prepcom 2, iniciada por el Caucus de Derechos Humanos de la CMSI para dirigir la atención hacia el manejo de los derechos humanos en Túnez.


El panel, del que participó Sihem Bensedrine, una periodista tunecina, junto con Meryem Marzouki, del Caucus de Derechos Humanos, Denys Robillard, de Amnistía Internacional, y Wolf Ludwig, copresidente de Comunica-ch, intercambió sólidos ejemplos de la represión que sufren los y las periodistas, al igual que los y las representantes de la sociedad civil tunecina en su trabajo cotidiano.


¿QUIEN QUERRIA SER PERIODISTA EN TUNEZ?


Un caso que sirve de ejemplo es el de Abdallah Zouari, periodista de All-Fajr, un periódico islámico fundamentalista, que fue sentenciado en octubre de 2003 a una pena acumulada de 13 meses por “difamación” contra la dueña de un cibercafé de Zarzis –Zouari dijo que ella no lo dejó entrar al establecimiento. También fue acusado de “infracción contra las medidas de control administrativo” por haberse ido de Zarziz, a pesar de tener la obligación de permanecer en la ciudad a raíz de una sentencia de 11 años de prisión por “pertenecer a una organización ilegal”.


Otros periodistas, como Jalel Zoghlami y su hermano Nejib (preso desde noviembre de 2004), sufren presiones y abusos constantes por parte de la policía tunecina en base a cargos falsos, sobre todo porque Jalel es editor de Kaws El Karama, un periódico en línea que critica abiertamente al gobierno.


Con el liderazgo de Zine El-Abidine Ben Ali y en el poder desde 1994, Rassemblement Constitutionnel Démocratique (RCD, Unión Constitucional Democrática) obtuvo 92% de los votos en 1999 y aplica una política de “mano dura” a la seguridad interna. Aunque cuenta con el respeto internacional por mantener bajo control a los grupos islámicos radicales de la oposición, la estrategia de Ben Ali es sofocante para la mayoría de los tunecinos y las tunecinas.


JOVENES CIBERNAUTAS DE ZARZIS


En abril, ocho usuarios/as de internet de la ciudad sureña de Zarzis fueron sentenciados/as a 26 años de prisión, acusados de promover ataques terroristas, aunque con escasas pruebas –las únicas eran una serie de archivos de sitios web que habían bajado en un cibercafé. La madre de uno de los jóvenes participó en la Prepcom 2 para defender su causa.


“Por favor castíguenlos si son culpables”, dijo Meryem Marzouki en nombre del Caucus de Derechos Humanos de la CMSI, “pero primero denles un juicio justo, en base a pruebas concretas. Por ahora, no hay nada en sus que sirva para acusarlos”.


Investigadora en ciencias informáticas de la CNRS de París durante el día, Marzouki es presidenta voluntaria de IRIS, una ONG francesa que se especializa en derechos humanos. Marzouki es mitad tunecina, mitad francesa, y una apasionada de lo que sucede en Túnez desde que se fue de allí, hace 20 años, para trabajar en París.


CONDUCTOS BLOQUEADOS…


“Para que la sociedad de la información tenga un verdadero sentido, debe ser mucho más que conductos e infraestructura técnica. Así que estoy activa en la CMSI desde su concepción, para garantizar que el proceso abarca todos los temas humanos por igual –los derechos económicos, sociales y culturales”.


Meryem y sus colegas del Caucus de Derechos Humanos se sintieron decepcionados por el final de la Fase 1 de la CMSI. “En vez de lograr una interpretación de los derechos humanos en el contexto de la sociedad de la información y al nivel más alto posible, apenas logramos mantener una referencia a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada hace más de 50 años, en la Declaración de Principios de la CMSI”, reflexionó la activista.


“Hasta dos meses antes de la cumbre, China, conocida por su pésimo historial en derechos humanos, pedía que se eliminara la referencia a la Declaración Universal de los Derechos Humanos porque su inclusión implicaría un compromiso por parte de los gobiernos”, agregó Meryem.


China le ha negado la acreditación para la CMSI a Human Rights in China, la única ONG china, con sede en Nueva York, que trabaja por los derechos humanos.


“Es fundamental que presionemos para conseguir que esa ONG obtenga su acreditación”, explicó Meryem. Es un tema “que se debe tratar en las sesiones oficiales de gobierno y no ampararse en excusas tales como que se perdió el documento de trabajo”.


¿DONDE PUSE ESE DOCUMENTO?


China no es el único gobierno que ha perdido candidaturas a la CMSI de integrantes de la sociedad civil que preferiría silenciar. El gobierno de Ben Ali es un maestro en esas artes, según Souhayr Belhassen, vicepresidenta de la Tunisian Human Rights League (Liga tunesina de derechos humanos) y la International Federation for Human Rights (Federación internacional por los derechos humanos).


“Si de verdad existiera la libertad de asociación y representación, habría cientos de organizaciones de la sociedad civil de Túnez participando del Prepcom 2. Pero como se ve, muchas organizaciones de nuestro país no cuentan con reconocimiento legal”.


Meryem citó el ejemplo de un amigo suyo de izquierda cuya pasión es la ornitología, pero no tiene permiso para organizar grupos de observación de pájaros en su país. También habló de la publicación social y cultural en línea, mensual, que dirige ella con una amiga. “Rara vez se puede acceder desde Túnez porque el gobierno la censura aunque no sea directamente política”, señaló.


NADA QUE PONER EN LOS CONDUCTOS


Curiosamente, la penetración de internet en Túnez es de 6,4%, la mayor del continente después de Sudáfrica. Pero seis de cada siete tunecinos y tunecinas utilizan cuentas de correo electrónico suministradas por proveedores extranjeros, ya que hay muy pocos servidores nacionales.


“Las cifras indican que tenemos una buena infraestructura, pero ¿para qué queremos los conductores si no tenemos nada que hacer circular por ellos?”, se pregunta furiosa Souhayr Belhassen.


“La vigilancia, el monitoreo y la censura constantes nos inhiben como usuarios y usuarias de internet e integrantes de la sociedad civil. Y, si la mayoría de nuestros usuarios y usuarias tienen cuenta en el exterior, tenemos una pérdida económica. Precisamos libertad para ejercer nuestra ciudadanía, si pretendemos usar esta herramienta de comunicación para nuestro provecho”, insiste.


EN TUNEZ SOMOS APASIONADOS


Si embargo, cuando Souhayr y otros citaron estudios de casos de violación de los derechos humanos en Túnez durante las conferencias de prensa, los y las representantes favorables al gobierno se mostraron furiosos y entre los que protestaron estaba Moncef Achour. El delegado gubernamental ante la Secretaría de la CMSI es responsable de la sociedad civil de su país, aunque sus aportes a la cumbre están lejos de poder considerarse civiles.


Al igual que los perodistas que siguen la línea del gobierno, o dirigen organizaciones de la “sociedad civil” con el aval gubernamental, Achour niega la existencia de censura e insiste dogmáticamente en que Túnez tiene un historial ejemplar en esas áreas.


Una persona cuya opinión es de particular interés es la periodista televisiva Houda Ben Othman. Como presentadora del canal estatal ERTT y corresponsal del programa Inside Africa (Africa por dentro), de la CNN, se fastidia con lo que según ella es “el egoísmo de los y las periodistas, así como los y las activistas de la sociedad civil, que se colocan primero, en lugar de poner en primer lugar a su país”.


VENGAN A VERLO USTEDES MISMOS


Houda no cree que Túnez sea el paraíso, pero de todos modos, se trata de un país emergente, apunta. “Puede ser que no tenga 100% de libertad. Sólo existe un canal de televisión importante, pero al menos estoy en mi país, en lugar de ser esclava de algún canal de televisión de Medio Oriente”.


Pero me pregunto si Houda puede tratar asuntos de política. Y si es así, qué temas puede tocar.


“No nos preocupa demasiado la política”, dice alegremente. “Túnez es un país hermoso. No tenemos guerras. En comparación con el resto de Africa, tenemos una buena calidad de vida, buenos automóviles, buenos apartamentos (60% de los ciudadanos pertenecen a la clase media). No queremos conflictos, estamos en paz. Las mujeres no tienen que usar el velo y reciben los mismos salarios que los hombres. Vengan a verlo ustedes mismos y ustedes mismas. Mis colegas de la CNN quedaron muy impresionados e impresionadas de la emancipación que hay aquí”, relató.


Me vienen a la mente imágenes del equipo de la CNN circulando por lujosos hoteles, hamams y rincones de Túnez. Y sin duda, yo gozaría de la misma hospitalidad generosa si aceptara la invitación de Houda.


Pero por suerte hubo visitantes más objetivos/as, entre ellos el grupo conjunto de monitoreo formado por miembros del International Freedom of Expression Exchange (IFEX, Intercambio internacional de libertad de expresión). Su propósito era evaluar la situación de la libertad de expresión y las condiciones de participación en Túnez.


Si bien los gobiernos de Occidente –sobre todo Estados Unidos- consideran que Túnez es uno de los éxitos de Africa, en buena medida porque logró suprimir a los grupos de fundamentalistas islámicos y vive un florecimiento económico, IFEX encontró motivos para inquietarse.


De sus reuniones con escritores, editores y organizaciones de derechos humanos, al igual que con funcionarios y organismos del gobierno, concluyeron que hay:


• Bloqueo de sitios web, incluidos los de noticias e información


• Bloqueo de la distribución de libros y publicaciones


• Restricciones sobre la libertad de asociación, incluso el derecho de las organizaciones a tener estatuto legal y hacer reuniones


• Restricción del movimiento de los activistas por los derechos humanos, además de vigilancia policial, intimidación e intervención de las comunicaciones


• Falta de pluralismo en la propiedad de los medios de comunicación -hay un sólo canal privado


• Censura periodística y ausencia de diversidad en el contenido de los periódicos


• Encarcelamiento de individuos por sus opiniones y sus actividades en la prensa


• Uso de la tortura con total impunidad por parte de los servicios de seguridad.


¡NO SEAS AGUAFIESTAS!


Cuando se ve enfrentada a estos hechos, Houda presenta evasivas e insiste en que algunos/as tunecinos/as simplemente “quieren negarle a seis millones de africanos la oportunidad de ser la sede de la CMSI y eso no es justo”.


“Houda y sus cohortes están decididos a impedirnos decir la verdad”, indica Taïeb Moalla, periodista independiente que hoy vive en Quebec. “Claro que la cumbre es una gran oportunidad para Túnez y para el Sur en general, pero debemos mantener los derechos humanos en la agenda, y no sólo para Túnez, sino para el mundo entero”, agrega.


Moalla trabaja para Radio Canadá, Le Soleil (El Sol), La Presse (La Prensa) y una lista de boletines franceses. Se fue de Túnez a Quebec, frustrado por las restricciones que pesaban sobre su profesión.


Otro periodista tunecino decepcionado que estuvo activo durante el Prepcom 2 fue Rachid Khechana, que escribe en El Hayat, un periódico árabe, y es editor de El Maoukif, una de las pocas publicaciones de oposición al gobierno y órgano del Democrat Progressive Party, PDP (Partido Progresista Demócrata).


“Vamos a imprenta los martes. El gobierno censura la copia. Según el contenido, se publica, o no, el viernes, de modo que al llegar al público, las noticias son viejas. Es peor que operar en los antiguos gulag soviéticos”, reflexiona Rachid.


EN LA MIRA DE LA CUMBRE


Sin embargo, Khashana y otros periodistas y activistas de la sociedad civil están tan contentos como Houda Ben Othman de que la cumbre se realice en su país, aunque por diferentes razones. “Al menos concentrará la atención internacional en Túnez y obligará al gobierno a abstenerse de sus prácticas represivas”, sostuvo.


Ben Othman y quiénes están a favor del gobierno se quejan de que estos activistas esperan demasiado de la sociedad civil de Túnez.


“Sigue siendo un concepto nuevo en Túnez, no importa lo que sea en el mundo árabe. Si tuvimos una sociedad civil en el pasado, fue exclusivamente de la élite educada. Al menos ahora hemos avanzado en educación, planificación familiar y derechos de la mujer, gracias a la visión del presidente Bourguiba (antecesor de Ben Ali). Así que merecemos una oportunidad de desarrollo”.


ARBOL DE PALABRAS


“Tonterías”, dice Meryem Marzouki. “El concepto de sociedad civil en Túnez es tan antiguo como nuestros ancestros. Mucho antes de tener educación formal, los y las integrantes de la comunidad se reunían bajo un árbol, árbol de palabras, para tratar los problemas del pueblo. Esa es la mejor versión de la sociedad civil y no requiere ninguna educación formal. La Liga de Derechos Humanos de Túnez fue creada en 1977 y es una de las organizaciones más viejas de ese estilo que existen el mundo árabe.


Souhayr Belhassen concluye: “Tenemos una tradición de oposición y disidencia, y vamos a seguir ejerciendo nuestros derechos civiles exigiendo que el gobierno cumpla con ciertas condiciones antes de la cumbre de noviembre”.


Las condiciones son simples:


• Libertad de asociación y reconocimiento de las organizaciones de la sociedad civil


• Liberar a los y las jóvenes usuarios/as de internet de Zarzis


• Terminar con la censura y otorgar libertad de expresión


• Legalizar los periódicos, boletines y programas alternativos


Belhassen, Marzouki y los y las representantes de la sociedad civil que están de su lado tienen esperanzas pero no son ingenuos. “El Prepcom 3 será el momento de evaluar y tomar decisiones”, sostienen.


“No somos un grupo militar”, agrega Taïeb Moalla. “Sólo queremos luchar con plumas y periódicos por una verdadera libertad de expresión.”


Y quizá un día de estos, dentro de poco, Houda Ben Othman y sus colegas recibirán los agradecimientos de Moalla, Marzouki y otros por haber incrementado las opciones laborales, si es que su visión de una sociedad democrática y más abierta tiene éxito. Cuando llegue ese momento, el trabajo de toda la vida de gente como el periodista fallecido hace poco Zouhair Yahyaoui, fundador y editor del sitio web satírico TUNeZINE, no habrá sido en vano. Sólo entonces … il fera vraiment bon vivre en Tunisie! (sera realmente agradable vivir en Túnez).


ENLACES DE UTILIDAD:


http://www.ifex.org


http://www.iris.sgdg.org


http://www.wsis.org


http://www.itu.int/wsis/docs2/pc2/plenary/HUMANRIGHTS.html


http://www.tunezine.com/


http://www.fidh.org


http://www.hrw.org


http://www.HRIChina.org


http://www.alhayat.com


http://www.tunisiaonline.com/

Autor: —- (Maud Hand)
Contacto:
Fuente: APCNoticias
Fecha: 01/04/2005
Localidad: GINEBRA, Suiza
Categoría: Democratización de la comunicación
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