Sembrando cambios: VOICE adopta el enfoque de las comunidades de base para luchar contra la desinformación en torno a la COVID-19

¿Cómo contribuyen los miembros de APC a mejorar la vida de su comunidad? En esta columna, destacamos historias de impacto y de cambio de nuestros miembros, con el apoyo de los subsidios de APC. Dado que la crisis sanitaria mundial asociada a la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto mucho mayor en las comunidades vulnerables, VOICE se ha centrado en trabajo de campo para proveer servicios esenciales de comunicación y apoyo local. 

La organización Voices for Interactive Choice and Empowerment (Voces para una elección y empoderamiento interactivos), miembro de APC en Bangladesh, lucha contra las prácticas injustas y antidemocráticas mediante la implementación de  programas de justicia social y empoderamiento. Para VOICE,  lo primero es la gente y por eso se dedica al activismo con las comunidades de base, tanto en Bangladesh como a escala mundial. 

VOICE se creó en 2001 con el objetivo de construir puentes entre responsables de la formulación de políticas y la sociedad civil, y promover la creación de asociaciones y redes dentro y entre las comunidades. Con el tiempo, comenzó a dedicar mucho tiempo y recursos a trabajar para revertir el cambio climático y mejorar el ambiente, así como al uso estratégico de las tecnologías de información y comunicación (TIC). 

Con la pandemia de COVID-19, VOICE aprovechó su posicioinamiento para trabajar en el área de la comunicación, en un momento en que el mayor impacto de la crisis sanitaria global lo vivieron las comunidades marginadas. 

Conectar en tiempos de crisis

Entre julio y octubre de 2020, VOICE pudo aprovechar un pequeño subsidio de APC para organizar rápidamente un proyecto titulado “La pandemia de COVID-19 y la crisis de comunicación en Bangladesh: Un proyecto de rápida investigación y campaña”. Los objetivos establecidos fueron: conducir y publicar una evaluación amplia de la crisis de comunicación relativa a la pandemia de COVID-19 en Bangladesh y preparar materiales de comunicación basados en el estudio para su distribución en línea, fuera de línea y por radio. Así, VOICE empezó a luchar contra la desinformación y a generar conciencia sobre la pandemia para apoyar a las comunidades locales. 

Aprovechando el poder colectivo de las comunidades, VOICE desarrolló su proyecto de inclusión digital para las poblaciones que corrían mayor riesgo en Bangladesh, incluidas las colectividades  y trabajadores/as de la industria de la confección. Las comunidades objetivo ya eran vulnerables y sufrían exclusión digital antes de la pandemia. Por lo tanto, la prioridad pasó a ser la búsqueda de formas de entender la crisis de comunicación y el empoderamiento de las comunidades a través de las TIC, conectándolas a recursos valiosos. 

Gracias a un estudio muy amplio que permitió realizar una evaluación profunda y elaborar recomendaciones, con base en metodologías de investigación científica y revisión por parte de pares, VOICE publicó un informe de investigación que compartió tanto en línea como fuera de línea. Además, produjo numerosos materiales relacionados con dicho estudio para su distribución en las zonas densamente pobladas y empobrecidas, utilizando tácticas en el terreno entre las cuales se incluye el intercambio directo con trabajadores/as de la industria de la confección y también la distribución de panfletos en vehículos públicos. Por último, los mensajes se trasmitieron en dialecto local en dos programas de radios comunitarias. 

Adaptarse a los contextos locales

La eficacia de la participación comunitaria resultó evidente enseguida. Un ejemplo clave es el de Jamina, que vive en una situación de precariedad extrema cerca de la capital, Dhaka. Al dejar la escuela a una edad temprana para ayudar a sustentar a su familia, Jamina consiguió empleo en una fábrica de confección cercana. Sin embargo, al inicio de la pandemia se quedó sin trabajo, ya que la crisis global tuvo un impacto sin precedentes en la economía. Quienes ya se encontraban en situación precaria, pasaron a correr peligro. 

En la comunidad de Jamina, densamente poblada, empobrecida y mayoritariamente excluida digitalmente de la información importante sobre la crisis sanitaria, muchas personas buscaron consuelo en creencias tradicionales, según las cualesla pandemia es un castigo de los poderes superiores contra las personas ricas. Así, esas personas consideraron que la fe y el trabajo duro las protegería de un virus que, en realidad, no discrimina entre ricos y pobres, y de hecho afectó mucho más a la gente pobre a causa de la falta de acceso a cuidados sanitarios, información y espacio para la distancia física. 

Como resultado directo del proyecto que implementó VOICE, Jamina recibió un folleto explicativo sobre el virus y cómo se trasmite, además de alentar el uso de las prácticas recomendadas, como el lavado frecuente de manos y el uso de mascarilla. Jamina pudo compartir esa información con sus vecinos y vecinas que, si bien al principio se resistieron, acabaron por diferenciar las creencias socioreligiosas sobre el virus de la información científica y las medidas sanitarias. Al final, la comunidad empezó a tener una tasa de contagio mucho más reducida a medida que las personas se plegaban a las recomendaciones sanitarias formuladas para reducir la trasmisión. 

Esta historia con final feliz fue registrada por VOICE, quedestacó la importancia de contar con comunicaciones actualizadas y localmente relevantes en tiempos de crisis a fin de brindar apoyo efectivo sobre el terreno. Como subrayó la organización al inicio de la pandemia, “la información correcta en el momento adecuado ayuda a adoptar las medidas justas, no sólo a los gobiernos, sino también a otros actores interesados que así pueden captar la gravedad de la situación”. Ello significa que las claves para desarrollar un activismo que marque la diferencia durante una crisis son luchar contra la desinformación y también trabajar con todos los sectores de la sociedad.

Basarse en el conocimiento

A pesar de cubrir un período de tiempo relativamente breve, de cuatro meses, VOICE logró implementar su proyecto y responder rápidamente a la crisis causada por la pandemia  gracias al oportuno subsidio que recibió de APC. Los fondos constituyeron la necesaria inyección de recursos para iniciar inmediatamente una investigación en el área de la comunicación esencial para las comunidades locales que, de lo contrario, habrían seguido cayendo en las grietas de los programas gubernamentales. Como dice VOICE, “la mejor parte del proyecto fue el desarrollo de un informe que muestra la realidad y ofrece información muy necesaria sobre la situación de la COVID, la propagación de mala información y la crisis de la comunicación”. 

Con vistas hacia el futuro y tomando como base lo aprendido a través de este proyecto, VOICE está considerando varias opciones, incluso la de trasmitir contenidos por televisión, en lugar de hacerlo por radio, para que los programas se puedan grabar y compartir. La organización sigue realizando activismo con las comunidades de base. Lo último que organizaron fue un taller de capacitación sobre cómo contrarrestar el discurso del odio y la propagación de la desinformación. También siguen compartiendo información importante sobre la pandemia de COVID-19 a través de las redes sociales. 

Este artículo es una versión de la información suministrada por VOICE como parte del proyecto “La pandemia de Covid-19 y la crisis de la comunicación en Bangladesh: Un rápido proyecto de investigación y campaña” adaptado para la columna Sembrando cambios, que presenta las experiencias de los miembros y socios de APC que recibieron fondos del programa central de subsidios, cuya existencia se debe a la agencia Sida, y fondos otorgados a través de otros proyectos de APC

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