“La ciencia responsable deber orientar la acción, no el dogmatismo”, dice investigador

Por LC Publicado en APCNoticias     CALGARY,

La región de América Latina y el Caribe (ALC) enfrenta muchos problemas relacionados con el agua – desde sequías e inundaciones hasta huracanes y desprendimientos de tierra. Un nuevo libro encargado por APC e IRDC explora cómo las TIC pueden contribuir a aliviar las tensiones relacionadas con el clima en esta región. APC conversó con el autor regional Gilles Cliche acerca de sus hallazgos.

APCNoticias: La región de ALC enfrenta muchos problemas y riesgos relacionados con el agua, como sequías, inundaciones, huracanes y desprendimientos de tierra, debidos (en parte) al cambio climático. ¿De qué forma estos problemas vuelven más vulnerables a las comunidades de la región y cuáles son las comunidades más vulnerables?

Gilles Cliche: Como siempre, las más afectadas por cualquier cambio que pueda ocurrir son las comunidades pobres y marginadas, simplemente porque, por definición, sus recursos son más limitados. El cambio climático tiene efectos a corto y largo plazo. Entre otras cosas, tenemos el impacto más lento del calentamiento global que cambia los patrones de distribución de la lluvia, tanto en cantidad como en intensidad, el ritmo con que se derriten los glaciares en los Andes o los progresivos cambios de latitud y altitud de ecosistemas asociados con ciertos tipos de producción agrícola. Sabemos que el impacto del cambio climático se sentirá más en sitios donde desde hace un tiempo tienen lugar condiciones extremas. Es decir, donde hay sequía habrá más sequía, donde hay inundaciones habrá más inundaciones y, donde hay huracanes, habrá más huracanes. Y se pronostica que todas estas cosas aumentarán en intensidad y frecuencia. En el corto plazo, los cambios climáticos exacerbarán fenómenos meteorológicos extremos que ya vienen ocurriendo, y serán las comunidades pobres de estas regiones las que se llevarán la peor parte.

Tomemos como ejemplo los huracanes. América Central es una importante ruta de huracanes y se pronostica que estos aumentarán. El huracán Mitch de 1998 provocó pérdidas tan masivas y extensas que el entonces presidente de Honduras declaró que se habían perdido cincuenta años de progreso. El huracán destruyó alrededor de 70% de las cosechas y entre 70-80% de la infraestructura de transporte, incluyendo puentes y carreteras secundarias. En todo el país, resultaron destruidas 33.000 viviendas y otras 50.000 sufrieron daños, unas 5.000 personas murieron y 12.000 sufrieron heridas. La estimación de pérdidas totales llegó a 3 mil millones de dólares. Mitch no sólo destruyó las cosechas de 1998 sino que también produjo escasez de las semillas necesarias para las cosechas del año siguiente. Quienes tienen una posición financiera más desahogada pueden adquirir alimentos del exterior pero quienes practican una agricultura de subsistencia se quedan sin comida y sin ingresos.

La superación de la pobreza debe ser un objetivo primario en la agenda del cambio climático, en especial cuando la comunidad internacional demuestra un interés creciente en involucrarse en temas relacionados con el cambio climático. Combatir la pobreza y la desigualdad ayudará a que las comunidades pobres y marginadas enfrenten las amenazas con eficacia. Este es un tema que abordo con mayor profundidad en la nueva publicación de APC e IDRC y que también se encuentra entre las recomendaciones principales del informe “People and the Planet Report” (La gente y el planeta) de la Royal Society.

APCNoticias: Hubo científicos/as e investigadores/as que usaron TIC para mitigar los efectos del cambio climático, ¿de qué manera la adopción de TIC podría ayudar a las comunidades a resistir mejor esos cambios?

GC: Resulta difícil establecer una conexión positiva entre la atenuación de los cambios climáticos y las TIC. No olvidemos que muchos componentes de las TIC están lejos de ser “tecnologías verdes” y su tratamiento como desechos todavía es una preocupación ambiental importante, por lo que la moneda tiene dos caras. No estoy seguro de que usarlas con propósitos favorables al medio ambiente compense sus efectos perjudiciales para el entorno y el cambio climático.

Pero las TIC pueden usarse de muchas maneras – desde aplicaciones y modelos informáticos que sirven a la investigación hasta la comunicación entre una cantidad amplia y diversa de usuarios y usuarias. Hoy en día hay TIC disponibles en todas partes. Ya no son accesibles sólo para unos pocos, como hace quince o veinte años.

Respecto del cambio climático, el uso de TIC está integrado al trabajo de la mayoría, sino todas, las partes involucradas. Es por esto que en el escrito recomiendo abordar la agenda de investigación de TIC como un tema transversal, en lo que hace a su aplicación científica frente al cambio climático y esto incluye tanto la meteorología como las comunicaciones. Las TIC deben usarse en formas que resulten adecuadas a sus contextos en vez de darles aplicación general. Por ejemplo, luego de una inundación pueden surgir problemas sanitarios, esto debería determinar cómo se usan las TIC en este contexto; por lo tanto, las TIC deben tener un uso transversal y “desde abajo hacia arriba”, en vez de darles una aplicación única para todo. Otro ejemplo: las TIC son necesarias para tener sistemas de alerta temprana de fenómenos meteorológicos extremos o para preparar a la población ante posibles desastres y, dentro de los sistemas de alerta temprana, diferentes TIC se usan de diferente manera. Estos usos pueden abarcar desde el procesamiento de datos en manos de especialistas hasta las comunicaciones con las comunidades usuarias finales (que puede significar la generación de alertas, no sólo la recepción).

APCNoticias: Todavía hay vacíos grandes en la literatura y el conocimiento, ¿cuáles son los vacíos a llenar más inmediatos?

GC: Todavía hay mucho debate sobre las fuentes del cambio climático y esto continuará por un tiempo. Pero los debates y los permanentes esfuerzos para descubrir las causas del cambio climático son importantes – sus resultados tendrán una enorme influencia en la economía, en cómo usamos nuestros recursos agotables, en cómo se forman nuestros hábitos de consumo, etc. También hay consideraciones económicas en juego, que vemos con claridad en las distintas posiciones sobre el uso y conservación de los recursos naturales que dividen a los países desarrollados de los países en desarrollo. La ciencia responsable también cumple una función fundamental. Cuando el cambio climático se convierte en “el tema del mes” para el otorgamiento de fondos de investigación y cuando el dogmatismo es más fuerte que las evidencias a la hora de recomendar cursos de acción para atenuar o adaptarse al cambio climático, tenemos problemas. Los investigadores e investigadoras deberían adherir a un fuerte código ético pero esto no siempre sucede.

Dicho esto, sabemos que el planeta se está recalentando, más allá de cuál sea la causa. El tema más inmediato es cómo adaptarnos. Esto requiere priorizar la investigación sobre la adaptación en las regiones que serán más afectadas. Una clave son los cultivos resistentes a la sequía, las inundaciones y/o el calor, pero es muy probable que estos provengan de organismos genéticamente modificados (OGM), que son muy controvertidos por razones diversas, que van desde el escepticismo del público general, la aceptación, las críticas por la pérdida de biodiversidad y cuestiones de derechos en un sistema capitalista globalizado, que le permite a las empresas multinacionales tener acceso a semillas que los/as pequeños/as (y pobres) agricultores/as no pueden adquirir.

Otro desafío de gran importancia es tener la infraestructura necesaria para sobrellevar fenómenos meteorológicos extremos, particularmente en las regiones y países en desarrollo donde la financiación pública es muy limitada. Esto incluye la construcción de puentes y carreteras aptas, así como la distribución apropiada de servicios públicos vitales como el agua y las comunicaciones. En esto último, la investigación responsable resulta esencial para garantizar que la infraestructura de adaptación sea la adecuada para las necesidades locales.

Por último, debe priorizarse el establecimiento de comunidades de práctica que puedan compartir y aprender a partir de las experiencias, métodos, abordajes y herramientas locales para adoptarlas y adaptarlas a otras partes. Aquí el uso de la web 2.0, las redes sociales y otros métodos modernos de internet pueden congregar a las personas con un costo menor, aunque lograr que las organizaciones de base participen de estas redes será un desafío. En nuestro trabajo observamos que aunque se hayan resuelto los problemas de conectividad, esta clase de participantes no siempre se sienten cómodos/as a la hora de compartir sus opiniones con personas que no son sus colegas o compañeras de trabajo inmediatas. Esto se torna aún más complejo por la falta de prácticas de comunicación escrita y documentación. Es nuestra esperanza que las próximas generaciones cambien estas prácticas.

Gilles Cliche trabaja para RIMISP, una ONG con sede en América Latina que se dedica a la investigación sobre desarrollo rural. RIMISP se concentra en la investigación de políticas aplicadas a la pobreza e igualdad rural.

Imagen por Bigstock .



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