Derecho a la comunicación: del pensar al hacer

Por Graciela Selaimen CARACAS, Venezuela,

No hay nada nuevo en decir que la Comunicación es un derecho humano, sistemáticamente violado en un mundo donde los medios son controlados por grandes corporaciones, controlados por la lógica del mercado. Con este discurso repetido desde el segundo Foro Social Mundial, en 2002, se abrió el panel «Derecho a la Comunicación», organizado por la Campaña Continental por el Derecho a la Comunicación en asociación con diversas entidades que hace años trabajan con el tema: Agencia Latinoamericana de Información (ALAI), Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), Proyecto Políticas de TIC de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) en América Latina, Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) ALC, Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (OCLACC), Inter Press Service (IPS) AL, Radialistas y Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC) AL.


Pese al discurso de abertura tan familiar para quienes acompañan el tema de la comunicación, el panel trajo novedades importantes que pueden servir como estrategias para que, del discurso a la práctica, el camino sea cada vez más rápido y efectivo.


La primera de ellas fue la presencia de panelistas en representación de otros movimientos sociales que no son los de comunicación/comunicadores. Representantes de Vía Campesina y de la Red Cultura y Conocimiento para Todos estaban allí para compartir la visión que algunos movimientos sociales tienen sobre el tema comunicación. Juana Ferrer, en representación de Vía Campesina, hizo un «mea culpa» al reconocer que hay debilidades en el movimiento campesino, en el tratamiento de la comunicación como un derecho. «Tenemos esta tarea pendiente: la de reconocer el derecho a la comunicación e incorporarlo a nuestras agendas y nuestras luchas.» Que otros movimientos y redes la escuchen y tomen como ejemplo. «La comunicación no debería ser un tema sólo de comunicadores, sino del conjunto de la sociedad», recordó Sally Burch, de ALAI, al abrir el panel. «Queremos convocar a todos los actores, a toda la ciudadanía para defender el derecho a la comunicación, y el Foro Social Mundial es el espacio para estrechar vínculos con otros movimientos.»


Nestor Busso, de ALER, golpeó la misma tecla al recordar que «otra comunicación no es sólo posible, sino indispensable para que construyamos otra sociedad—y para hacer otra comunicación es primordial que este tema sea incorporado a la agenda de los movimientos sociales en América Latina—.» A partir de esta afirmación Nestor hizo la convocatoria para que todos los actores interesados se sumen a la Campaña Continental por los Derechos de la Comunicación (Decal).


Otra novedad fueron los abordajes pragmáticos sobre el tema del derecho a la comunicación. Una de ellas fue la de Jonas Valente, del colectivo Intervozes («Intervoces») y de Articulação CRIS-Brasil («Articulación CRIS-Brasil»). Jonas compartió experiencias recientes exitosas en Brasil, donde una articulación de ONGs y movimientos sociales logró, a través de una acción junto al Ministerio Público, sacar del aire un programa de televisión que violaba derechos humanos al faltar al respeto por personas de distintas opciones sexuales. Durante 30 días se exhibieron programas sobre derechos humanos en el horario del programa suspendido.


Jonas también abordó la cuestión de la elección del modelo de televisión digital a ser adoptado en Brasil —según el modelo elegido por el gobierno brasileño se podrá abrir un camino para la democratización de las comunicaciones en el país o, al contrario, empeorar el contexto actual, de absurda concentración de la propiedad de los medios, al fortalecer el discurso único—. Tema candente, sobre el que la discusión con la sociedad viene siendo constantemente descuidada por el Ministerio de las Comunicaciones.


Más pragmatismo —muy bienvenido— en la presentación del periodista uruguayo Aram Aharonián, director de Telesur.


Aram provocó el público con el cuestionamiento sobre qué es la comunicación alternativa e instigó al afirmar que hay un paradigma establecido —de que alternativo es sinónimo de marginal—. «Quien piensa en comunicación alternativa por lo general piensa en medios chicos, que trabajan en nichos, con pocos recursos. Tenemos que derrumbar esta visión equivocada. Tenemos que ser masivos, producir programas de calidad (en la forma y en el contenido). Tenemos que tener una propuesta comunicacional con la misma calidad técnica y estética y con mucho mejor contenido que los medios que ahí están. Tenemos que invertir en la profesionalización para producir con calidad. Tenemos que crear una industria cultural, una industria audiovisual latinoamericana para competir con los medios tradicionales. Para sobrevivir ante el mercado, tenemos que conquistar la audiencia que hoy está con las grandes corporaciones. Telesur es sólo una pequeña herramienta en este sentido: es sólo un comienzo.»

Autor: —- (Graciela Selaimen)
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Fuente: RITS-Brazil
Fecha: 31/01/2006
Localidad: CARACAS, Venezuela
Categoría: Democratización de la comunicación


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